A Luis no le gusta que lo encasillen con su trabajo como uno de los guionistas en la tercera y cuarta temporada de la famosa serie La Casa de Papel. Sabe que ser guionista es mucho más que una serie exitosa. Detrás del éxito de una serie, una película o una novela, hay otros cientos de guiones que no lo han sido, o no lo serán, pero que hacen parte del camino para conseguir fenómenos de masas como la famosa serie española, que de la mano del Profesor, Tokio, Berlín o Nairobi, nos conectó con el suspenso, la intriga y la emoción del asalto de la Fábrica de Moneda y Timbre y luego al Banco de España.
Por supuesto, es imposible no referirse a la famosa serie, distribuida inicialmente por la televisión española y luego por Netflix, con quien finalmente llegaría a los 5 continentes y acumularía cerca de 7.000 millones de horas vistas, hasta el año pasado, pero no es lo esencial para Luis. Para él lo esencial está en el trabajo duro para ir construyendo una historia. No se trata solo de tener una buena idea, «buenas ideas hay muchas» nos dice, lo importante es tener la disciplina y el carácter para darle forma a esas ideas y convertirlas en un guión.
¿Es más fácil ser guionista en Europa y EEUU que en Latinoamérica? Posiblemente. «Eso depende de que tan grande y maduro esté el mercado», afirma Moya. Y es claro que hemos avanzado en países como México, Colombia y Argentina en el desarrollo del mundo audiovisual, pero aún estamos muy lejos de otras latitudes. Esas otras latitudes desde las que vino en días pasados a dar una charla en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, justo sobre el tema del desarrollo del mundo audiovisual.
En TRIBU SOCIAL tuvimos el gusto de conversar con Luis, en medio de una ruidosa mañana de agosto en la ciudad de Medellín, en la que bajo la sombra de un árbol en el barrio El Poblado, nos contó lo que piensa sobre su trabajo, lo que ha cambiado con las nuevas tecnologías y lo que permanece inmutable en la naturaleza de las historias y las emociones humanas. Esta es la entrevista: